Esencia de otra época

Reconozco que tengo un problema. Cada nuevo coche que sale al mercado me parece un poco “bluf” si lo comparo con sus antecesores. Y no es algo que me ocurra solo con los modelos prestacionales.

Hace no tanto, incluso las versiones más mundanas de los coches más mundanos tenían algo que se ha ido perdiendo tan poco a poco que casi no nos hemos dado cuenta: la capacidad de transmitir sensaciones, la de involucrarte en la conducción.

mazda mx-5
Jinba ittai.
Han ido subiendo la temperatura del agua en la que nos estábamos bañando de forma tan gradual, que para cuando hemos querido reaccionar ya estábamos jodidos cocidos.

Tengo muy gratos recuerdos del que fuera mi primer coche, un Ford Orion Ghia del 93, que a pesar de su escaso motor (un 1.6 16v atmosférico gasolina con 90cv recién salido de fábrica pero que eran algunos menos cuando llegó a mis manos), conseguía que la conducción fuese divertida, que no rápida.

El sonido, las vibraciones, el tener que conocerlo para poder sacarle hasta la última gota de su escaso jugo hacían que sentarse tras su volante siempre fuese algo que te sacaba una sonrisa.

Es difícil determinar el momento exacto en el que hemos cruzado el punto de no retorno, aunque el cambio de milenio podría ser un evento lo suficientemente importante como para marcar un antes y un después.

escort cosworth
El Focus RS es mucho más rápido, ¿y?
Creo que puede servirnos de referencia cuando hablamos del fin de los coches en los que la mecánica era lo más importante, el inicio de coches comandados por la electrónica. El año 2000 es para mí el que separa los coches a.d.e y d.d.e (antes y después de la electrónica), aunque la transición fuese más progresiva en la realidad.

No me malinterpretéis; negar la mejoría en temas de emisiones y, sobre todo, en seguridad, sería de necios. Tampoco voy a decir que la evolución que se ha dado no sea lógica, porque lo es.

Pero, aun así, miro atrás y veo que, en algunos aspectos, el tiempo pasado fue mejor.

retrovisor
Mirando atrás.
Miro atrás y veo coupés, veo deportivos, veo todoterrenos. De los de verdad. Veo coches mucho más ligeros, con motores atmosféricos muchos de ellos. Veo cajas de cambios manuales y frenos de mano con palanca. Veo botones y ruletas para controlar la temperatura de la calefacción o el volumen de la radio.

Miro atrás y veo coches a los que se les podía meter mano de forma relativamente sencilla, y no solo porque hubiera hueco suficiente para cambiar bombillas sin tener que desmontar el parachoques: antes podías hacer el mantenimiento básico o incluso algunas mejoras sin miedo a volver loca a la centralita.

Objetivamente hablando los coches nuevos son muchísimo mejores que los de hace un par de décadas, pero han perdido alma, han perdido carácter.

mantenimiento coche
Metiendo mano a tu coche.
Hasta los motores parecen ser calcos unos de otros. Todos suenan exactamente igual de mal y ni siquiera los escapes tuneados en fábrica consiguen maquillar el resultado. Me cuesta distinguir los 6 cilindros de los 4 usando el oído. Es la magia de los turbos y la inyección directa, supongo.

Lo mismo pasa con su entrega de par y potencia: tan completa, tan llena, tan buena, que no enamora. No hay nada que destaque, ni para bien ni para mal. No sé, a veces pienso que los motores actuales son demasiado perfectos, y es eso, precisamente eso, lo que no me gusta de ellos.

Y qué decir de la estética que no haya dicho ya

Por suerte hay algunos rayos de esperanza en este oscuro horizonte. No son muchos, pero los hay. Todavía hay coches y todoterrenos con claro sabor a siglo XX, incluso en marcas generalistas, y eso es algo que me llena de energía cuando nado en el mar de la actualidad del motor. No serán perfectos, ni son para todos los paladares, y eso es lo que los hace geniales.

Son una rara avis, el equivalente a un perro verde motorizado. Son los rescoldos de un fuego que se resiste a extinguirse, los últimos reductos de una forma de entender el automóvil que solo cuatro locos entendemos.

jimny 2019
Un todoterreno vieja escuela en pleno 2019. Todo un perro verde motorizado que me encantaría tener en el garaje.
Me encanta ver que todavía hay marcas de coches con entusiastas dirigiéndolas, entusiastas con gasolina en las venas que consiguen imponerse a la lógica imperante y sacar y mantener en el mercado productos con esencia de otra época. Les mando un “¡olé tus huevos!” desde estas líneas mientras aplaudo y asiento con la cabeza. Se lo merecen.

Los petrolheads debemos agarrarnos a esos productos como a clavos ardiendo, saborearlos como saborearíamos las últimas gotas de agua de nuestra cantimplora en el desierto. Debemos disfrutarlos mientras podamos, porque los números no mienten: tienen los días minutos contados.

Esto se acaba, hamijos.

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo, por eso me he comprado un mustang 2013 GT, me gusta más estéticamente. Además he tenido la suerte de encontrar una unidad brembo package con algunas mejoras short shifter, diferencial 3.73, escapes del GT500... Por si queréis saber más sobre el brembo package http://www.brembo50.com/about.html.

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    1. El Mustang es otro coche que tengo en mente precisamente por ser de lo pocos que siguen manteniendo el carácter de épocas pasadas en la actualidad.

      Enhorabuena por tu adquisición, seguro que la disfrutarás mucho.

      Desconocía esa versión, así que le echaré un ojo al enlace que has puesto. ¡Muchas gracias! Bueno, por eso, por leer el artículo y por animarte a comentar ;)

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