McLaren Speedtail: desgranando sus detalles

Si eres petrolhead y no vives en una cueva, te habrás enterado de que McLaren hizo oficial el Speedtail hace unos días. El que consideran el sucesor del mítico F1, tendrá una tirada de 106 unidades (una por cada F1 que vendieron) a razón de 1.75 millones de libras de nada. Como suele suceder con este tipo de coches, todos están vendidos para cuando sabemos de su existencia.

McLaren Speedtail

Suceder a una leyenda es complicado, y las comparaciones son odiosas, con lo que he preferido evitarlas a la hora de analizar un coche cargado de tecnología y cuya estética ha generado bastante polémica. Reconozco que al principio me dejó frío, pero a medida que he ido conociendo sus detalles, el Speedtail me ha ido conquistando.

El exterior

Empecemos por lo más evidente, por lo primero que ven nuestros ojos. El Speedtail es un coche pensado por y para las cifras de velocidad punta y aceleración. Para lograr los registros que ha logrado, era necesario hacerlo potente, ligero y sobre todo aerodinámico y es, precisamente, este último requisito el que más ha condicionado su diseño.

Si nos paramos a pensar qué forma es la que mejor aerodinámica ofrece en la naturaleza, caeremos en que es la gota que cae (la lluvia, por ejemplo), pues al ser ésta un fluido (agua), puede variar su forma para adecuarse y poder reducir su arrastre (o drag) y, así, la energía empleada para moverse por otro fluido (el aire) a la mínima expresión.

Es precisamente la gota de agua cayendo la que han querido imitar en el Speedtail (y que ya copian muchos coches de carreras), y eso se aprecia, sobre todo, en la vista en planta (visto desde arriba).

McLaren Speedtail

Como vemos, el habitáculo, con una luna delantera redondeada como parte más ancha, va estrechándose a medida que va hacia atrás, como haría una gota. Los colores empleados (con una pintura que simula ser líquida) enfatizan ese efecto en nuestros ojos, con una cubierta de motor opaca que incluye una tercera luz de freno vertical que marca el eje de simetría del coche. Tanto la parte frontal como la trasera esconden sendos pequeños maleteros para unas maletas hechas a medida.

Pero como el coche no es un elemento en 2 dimensiones sino de 3, esa forma de gota también podemos apreciarla en la vista lateral, con un techo que baja pronunciadamente una vez pasa la zona de la puerta. Obviamente se ha buscado que esa caída no sea brusca, sino que "fluya" hacia atrás.

La caída de techo se complementa con el modo en el que sube el difusor en su parte posterior, que también busca la eficiencia aerodinámica mientras hace que el coche se pegue al suelo. Si volvemos a la vista lateral, veremos cómo la forma de la gota vuelve a aparecer si dibujamos la línea que sigue el difusor.

McLaren Speedtail

En el morro también se ha buscado eliminar todo el arrastre posible, creando una nariz bajísima y evitando en la medida de lo posible la introducción de líneas que rompan con el fluir orgánico del aire a través de la carrocería.

Las inevitables aberturas de refrigeración se han reducido a la mínima expresión (nada que ver con el Senna). Una muestra de ello son los unos discretísimos túneles debajo de los minúsculos faros delanteros que hacen llegar el aire a los radiadores de baja temperatura (echadle un ojo a la primera foto del artículo), reduciendo el drag al mínimo posible. 

Ese mismo propósito tienen los polémicos tapacubos lenticulares montados en las llantas delanteras de 20 pulgadas (son de 21 las traseras), que solo tienen una pequeña salida para la expulsión del aire caliente generado por los frenos. Estos tapacubos mantienen siempre la misma posición, es decir, no giran con las ruedas, haciendo que la abertura no genere turbulencias que provoquen un aumento del arrastre aerodinámico.

McLaren Speedtail

Si seguimos recorriendo el coche, vemos que se han eliminado los espejos retrovisores, que siempre son una fuente de turbulencias indeseadas, sustituyéndose por unas cámaras de pequeño tamaño que envían las imágenes a dos pantallas interiores, cámaras que se ocultan en el modo Velocity, dejando una carrocería limpia, sin saliente alguno.

En la parte trasera nos encontramos con el anteriormente citado difusor, en cuyo interior se ubican las salidas de escape que ayudan a generar agarre o downforce acelerando la salida del aire que recorre los bajos del Speedtail, acompañado de unos finísimos faros traseros.

McLaren Speedtail

Encima de los faros vemos los que para mí son el elemento más destacable de todo el coche: los alerones móviles, encargados de generar arrastre en las frenadas y ayudando en la guiñada del coche.

Esta, en realidad, no es una tecnología innovadora, pues ya hay coches como el Huayra que disfrutan de un sistema parecido. El quid de la cuestión son los alerones en sí, en cómo son parte de la carrocería, evitando crear líneas de corte en ella que rompan con el flujo de aire.

Para poder fabricarlos, McLaren ha creado una fibra de carbono flexible, que ha permitido a los diseñadores llevar a la realidad algo que hace unos años era impensable. He de sacarme el sombrero con los chicos de Woking en este aspecto.

McLaren Speedtail

Pero la obsesión de los ingenieros de eliminar cortes en la carrocería va más allá, y si nos fijamos, vemos que ¡toda la trasera está realizada en una única pieza! Imaginaos las complicaciones que suponen la fabricación y manipulación de una parte tan voluminosa como esa. Es otro detalle que me encanta del coche.

Como no podía ser de otra forma, la fibra de carbono empleada en la carrocería no es una fibra de carbono "vulgar", sino que está "mezclada" con titanio. Esta tecnología, llamada Titanium Deposition Carbon Fibre, consiste en fusionar el titanio con las capas de fibra, y permite "insertar" imágenes o palabras dentro del carbono (detrás del asiento del conductor está "incrustado el logo de McLaren, por ejemplo).

El splitter delantero, el difusor y las faldillas nos permiten ver este tejido TDFC, y están creados con solo 1000 fibras por hilo (denominada 1K, que es más ligera que la más habitual fibra 3K) en un patrón geométrico que nos permite apreciar el color cromado del titanio que lo conforma. Si el cliente quisiera, se podría anodizar el titanio en distintos colores, pudiendo llegar a un nivel de personalización que corta la respiración. Lo mejor es que esta forma de dar color mantiene inalteradas las propiedades de rigidez y ligereza del carbono al no comprometer su estructura, como sí pueden hacer otros sistemas de tintado.

El interior

Podría pasarme horas admirando todos y cada uno de los pequeños detalles que hacen del exterior del Speedtail algo tan espectacular para mí, pero tarde o temprano hay que pasar a donde los afortunados dueños disfrutarán del coche, el interior.

Para acceder al habitáculo, hay que abrir la puerta, que está motorizada, y que pivota en el pilar A, algo muy habitual en coches de fibra de carbono. Personalmente, el hecho de que esté motorizada me parece un absurdo en un coche que debería buscar la máxima ligereza (y lo hace en muchos aspectos). Es una clara concesión al lujo que para mí es innecesaria.

McLaren Speedtail

Una vez dentro, vemos el que es un evidente guiño al F1: las tres personas que pueden subirse al nuevo McLaren se sentarán en una disposición 1+2, con el conductor centrado en el habitáculo y los pasajeros detrás de éste, a ambos lados.

Así se consiguen centrar las masas (la mayoría de las veces solo estará el conductor) mejorar la visibilidad del exterior y, de paso, ahorrar el desarrollo de versiones con volante a la derecha y a la izquierda.

El acceso al asiento por el que todos mataríamos es complicado y exige cierta agilidad, algo lógico teniendo en cuenta la distancia que separa la puerta del backet de cuero, cuyos "dibujos" de la costura a la altura de las costillas se supone que ayudarán a los viajeros a mantenerse bien sujetos al asiento, ya que aumentan la fricción entre éste y la espalda, creando un "efecto centrado". Debajo de los mismos nos encontramos unos pequeños cajones con tapa de cuero que permiten guardar las llaves o la cartera.

McLaren Speedtail

Una vez sentados, los conductores tendrán a su disposición una serie de 5 pantallas. La principal está situada justo detrás del volante y hace las veces de cuadro de instrumentos, pudiendo elegir diferentes configuraciones que nos muestran la información como la velocidad o las rpm de distintas formas.  

A ambos lados del cuadro están las pantallas con las que controlaremos el sistema de infoentretenimiento o la climatización que, por desgracia, pasan a ser táctiles, algo que considero peligrosísimo, en un afán de eliminar al máximo el número de botones disponibles. De hecho, el propio volante prescinde de los habituales botones para el control de radio, por ejemplo, que solemos encontrarnos en los coches más normales.

Por último, existen dos pantallas laterales (situadas algo más arriba que las otras) que nos muestran las imágenes captadas por las cámaras que hacen de espejos retrovisores.

McLaren Speedtail

Los mandos de selección de marchas y de apertura y cierre de ventanillas, el botón del modo Velocity así como el de arranque y el de desconexión de las ayudas están situados en un cuadro superior que queda a la altura de la cabeza del conductor, al más puro estilo aviación. Aunque esta característica no es algo que no hayamos visto ya en otros modelos de la casa, no deja de parecerme un detalle a destacar.

Pero lo más llamativo de la consola es su acabado. Compuesta por finísimas capas de 30 micras de espesor de fibra de carbono, que van rotando 45º de unas a otras (McLaren lo llama Thin-Ply Carbon Fibre), se mecanizan para mostrar unas ondas que nos recuerdan a las olas del mar o a las vetas de la madera. Esta, ya de por sí espectacular "pijada" que encontramos también en el volante, da unos cuantos pasos más hacia la locura cuando descubrimos que el logo del morro le añade oro blanco de 18 quilates. Otra muestra de lujo "porque sí", aunque al menos no añade peso o complejidad de forma innecesaria.

McLaren Speedtail

Si volvemos al interior y bajamos la vista al suelo, vemos que el Speedtail prescinde de alfombrillas, e incluye una moqueta que incorpora unos tacos de goma que aumentan la fricción con el calzado para evitar resbalones, algo importante si recordamos las "filigranas" que deberán hacer los afortunados conductores para poder sentarse a los mandos de esta bestia. 

Todo el habitáculo dispone de mucha claridad gracias a la gran cantidad de superficie acristalada de la que hace gala el nuevo "juguete" de los de Woking. Pero como tanto vidrio puede hacer que los acaudalados pasajeros se cuezan en su propio jugo, parte de ellos pueden oscurecerse si es necesario, ya que son electrocrómicos. De hecho, prescinde de los tradicionales parasoles aprovechándose de esta tecnología.

Para rematar la eliminación de elementos visibles, la necesaria iluminación artificial (la que se enciende cuando abrimos las puertas, por ejemplo) corre a cargo de unos diodos LED integrados en los propios vidrios. 

Motor y prestaciones

Como he mencionado al principio, el Speedtail ha sido creado para conseguir unas cifras de velocidad punta y de aceleración de infarto, y las ha logrado.

Pasa de 0 a 300 km/h en ¡12.8 segundos! o lo que es lo mismo ¡4.2 segundos menos que el P1! En el mismo tiempo que necesitan muchos utilitarios para llegar a los 100 km/h el McLaren parece jugar con las leyes de la física camino a una punta superior a los 400 km/h en su modo Velocity, que reduce la altura del coche unos milímetros, esconde los "espejos" y hace que el coche entre en modo de cargado máximo de baterías y así disponer de todo su potencial para cuando queramos lograr esas cifras al alcance de tan pocos.

McLaren Speedtail

Es cierto que la punta no es nada que no hayamos visto antes en coches como el Veyron, incluso el propio F1 coqueteaba con esas cifras hace unas décadas, pero es lo suficientemente alta como para ser el McLaren más rápido de la historia.

Para conseguirlo se vale de unos neumáticos que Pirelli ha desarrollado específicamente para este coche, y cómo no, de un potentísimo motor híbrido, del que apenas hay datos concretos, de unos 1050 CV de los cuales, según indican los rumores, 750 CV vienen del motor de combustión. Todo para mover los escasos 1430 kg en vacío que pesa el Speedtail. Casi nada.

McLaren Speedtail

Como veis, el McLaren Speedtail es un coche brutal, cargado de ingeniería, creado por obsesos de la misma. Es un coche de coleccionistas que difícilmente veremos rodar porque, por desgracia, se va a usar como simple objeto especulativo.

La sombra del F1 es alargada, y es evidente que es algo que le va a pesar a esta nueva creación de Woking, pero eso no debería cegarnos y no debería impedir que viésemos sus bondades y sus innovaciones.

Es un coche que se ha creado con unos fines muy concretos, y los ha cumplido. Con creces.

Podéis conocer más en detalle a la nueva joya de McLaren en los siguientes vídeos. Os aseguro que merecen la pena.



2 comentarios:

  1. Qué pasada. Dudo que siquiera lleguemos a tener la oportunidad de ver uno en persona y es verdad que para gustos los colores, pero como bien dices la ingeniería y la tecnología aplicadas para el desarrollo de este coche son espectaculares y ya solo por eso merece la pena echarle un ojo.

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    1. Será más probable que nos toque la lotería a ver uno por la calle, sí XD. La verdad es que es un coche que se nota que está creado con pasión de ingeniero, por gente que ama lo que hace, por frikazos de la técnica, y los que somos casi tan frikis como ellos podemos apreciar el coche más allá de su estética y los fríos números. A mí me ha conquistado sobre todo por eso (aunque también me gusta estéticamente).

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